El Galatea se hace leyenda a través de aquellos jóvenes muchachos, que hoy cuentan sus historias a bordo del velero. Nunca tuvimos miedo, fueron muchas las veces que vimos meterse el bauprés y no pude por menos que pensar: "esta vez no levanta" y, con enorme majestuosidad pude ver levantar de nuevo el morro, para seguir a rumbo como sólamente sabía hacer el Galatea.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Las primeras navegaciones virtuales del Galatea


A principios del año 2009, y a través de Internet, quizás motivados por los recuerdos que quedaban ya muy atrás en el tiempo, un grupo de viejos marinos que buscaban sus orígenes como tales, se conocieron y emprendieron un constante intercambio de información sobre algo que los unía a todos.
Era algo que latía en lo más profundo de nuestros corazones lo que hizo que el punto de encuentro fuese el olvidado Galatea, aquel buque de tres palos que creo se dio a conocer a todos casi de la misma forma.
Para unos, los inicios a bordo fueron muy difíciles ya que el Galatea aún navegaba, como debe ser, como debería ser para cualquier buque, puesto que su destino es la mar y los viajes. Para otros, entre los que me incluyo, el primer contacto, aunque también desafiante y duro, fue algo más suave ya que el Galatea allá por los años setenta ya no navegaba y servía como pontón flotante allá en La Graña, donde se instruía a los futuros contramaestres.
De una manera u otra la vida vivida en el Galatea será contada por quienes la vivieron, a través de diversas anécdotas concernientes a la formación de los aprendices especialistas de maniobra de la Armada y sus pormenores; en las clases, en las navegaciones, en puerto y en muchas más variopintas situaciones que cada uno recuerda.
Para no dejar que el paso del tiempo se las lleve para siempre, acordamos realizar un blog al que pusimos el nombre de “Buque Escuela de Maniobra Galatea,  El Galatea navega de nuevo”.
En sus comentarios se han ido vertiendo como agua fresca, y a raudales una gran cantidad de hechos vividos a bordo del buque. Desde esa fecha hasta la actualidad hemos recopilado aquí esa vida contada en los diferentes espacios web, hasta llegar al actual que sigue navegando con el nombre de Buque Escuela de Maniobra Galatea. Ir a Buque Escuela de Maniobra Galatea


Ahora deseamos compartir con todos los visitantes, la  publicación de un nuevo título: "El Velero Galatea". Un libro de 516 páginas, donde el velero irrumpe con fuerza en la actualidad, dejando muestras de lo que fue, de lo que es y de lo que seguirá siendo, gracias a un grupo de incondicionales que con su incansable labor ha conseguido que “El Galatea Navegue de Nuevo”.
El Galatea se enorgullece de contar con la colaboración inestimable e imprescindible del amante de la literatura, escritor y novelista, Miguel Aceytuno Comas, autor entre otros muchos trabajos, de la trilogía: Submarino B-7 y Babor y Estribor, y Mi Única Patria la Mar publicadas por la editorial “De Librum Tremens”. Dichas novelas tienen como fondo la guerra civil española, y nos sorprenden con una sugerente cita: "Buena gente en una mala guerra".

Miguel, no tuvo el placer de pisar la cubierta del velero, pero es un apasionado por el mar desde su más remota infancia en Vilanova y la Geltrú, aleccionado por la obra de Emilio Salgari y las historias de la mar y quienes la surcan.
Miguel Aceytuno y Arminio Sánchez, como autores de este nuevo texto, se complacen en beber de las fuentes de quienes hace algunos años comenzaron a rescatar las historias del buque.



A continuación os dejamos el video de la presentación del nuevo libro editado por Nautical  Unión Editorial, que en este mes de septiembre del presente año 2015,  pondrá a la venta  "El velero Galatea". Un texto de 516 páginas de leyendas y aventuras, entre las que se puede leer "Aleta de Tiburón: a bordo del Galatea", un relato novelado que cuenta dos aventuras paralelas   de dos  dotaciones del velero,  con un desenlace común.


"Nunca tuvimos miedo. Fueron muchas las veces que vimos meterse el bauprés y no pude por menos que pensar: "esta vez no levanta" y, con enorme majestuosidad pude ver levantar de nuevo el morro, para seguir a rumbo como sólamente sabía hacer el Galatea". (Gerardo Ureña Massa)